Tras haber conocido semana tras semana la evolución del arte desde la antigüedad clásica he podido valorar mucho mejor mi opinión sobre el arte como concepto en general. He ido apreciando poco a poco los cambios que se han ido produciendo en las diferentes tendencias, todas muy ligadas a los cambios en la sociedad. Historia y arte al final no son conceptos tan alejados porque uno influye muy fuertemente sobre el otro. Tan sólo analizando obras de arte y estilos podríamos averiguar o al menos intuir los cambios sociales e históricos de una zona o de todo el mundo. Es sorprendente cómo se impregnan todos estos factores en el arte.
En un principio hablé sobre el significado del arte, mi forma de entenderlo como medio de expresión. Ahora me reafirmo en lo que dije en mi primera publicación pero con mucho más conocimiento sobre el tema. En todas estas tendencias artísticas he visto como se han ido expresando los artistas de cada época. Cada uno de ellos lo hace de una forma diferente. Cuando la realidad es oscura, en guerra, mísera, algunos de los artistas deciden evadirse y crear las obras que les gustaría ver en la realidad. Otros muchos deciden impregnar su obra de las realidades sociales y así denunciar la situación. Cuando la realidad es óptima y gloriosa, no hay crisis ni alboroto social los artistas se expresan con mucha más intensidad y muchas más ganas. Sacan a relucir todo su talento y buscan la innovación y la evolución, el impacto, el mostrar el mundo tal y como ellos lo ven.
En conclusión cada uno usa el arte de una forma. Unos se entretienen con él, otros se desahogan, otros plasman todas sus pasiones... Sea cual sea el objetivo final lo que todos tienen en común es que el arte les ayuda a seguir viviendo y sintiendo. A hacerse sentir humanos y a poder comunicarse a través de sus obras. Por todo esto el arte es tan magnífico. Porque sea como sea, se entienda como se entienda, siempre es una ayuda para el ser humano.